Aretxaga-Miribilla es un proyecto que pretende crear un lugar, una referencia. Entre todos lo estamos consiguiendo y quisiera agradecer la positiva reacción que tuvo desde el principio.
El proyecto Aretxaga-Miribilla lo forman un mural estático, óleo sobre pared, de 4 × 4 m y ocho murales móviles de 2 × 3 m cada uno, óleo sobre greenpanel.
El tema a tratar es el arte, los murales hablan de arte. Cada tres meses un nuevo mural móvil ocupa la pared de su predecesor. Pintado dentro del taller se instala fuera, en el exterior de ese taller. En el cruce de las calles Aretxaga y Miribilla ese nuevo mural móvil se va curando en el aire de la calle como lo haría un jamón o unas habas. Un proceso que dura tres meses, los mismos que estuvo dentro del taller haciéndose, construyéndose.
Durante todo este proceso siento que los cuadros se convierten en murales.